viernes, 29 de enero de 2016

A Bitte le gusta el té


Lleva a sus espaldas 4.000 años de historia, que no es poco, y aún así puede hacer gala de seguir siendo una de las bebidas más amadas del planeta, uno de esos escasos elixires que, como el vino y el aceite, ha sido capaz de desarrollar una cultura propia. Tras él se esconde una historia fascinante. Alrededor de una taza de té se han urdido grandes aventuras, se han desatado y consumado pasiones extremas y se han ganado batallas que se creían perdidas.


El origen del té se sitúa en China y desde el principio, a la infusión realizada con las hojas de este arbusto perenne, se le han atribuido virtudes medicinales. A ellas tal vez, y sin haber sido demostradas científicamente, se deba el culto que se le rinde actualmente y que lo han convertido, tras el agua, en la bebida más consumida del planeta.


El té llegó a Europa en el siglo XVII por las rutas surcadas por grandes navegantes como Vasco de Gama. Aunque todo el continente se dejó encandilar por el brillo de la nueva bebida solo en Gran Bretaña el té consiguió el nivel de popularidad que tenía en Oriente. A España llegó en el siglo XIX a través del puerto de Cádiz cuando en Gran Bretaña y Francia practicar el té de media tarde era ya una moda refinada. Como para 'trendsetter' la reina Victoria Eugenia, la moda se impuso también aquí, en escenarios como el Palace y el Ritz, donde todavía hoy uno puede darse el lujo de tomar el té de las cinco servido en bandeja de plata. 



Hay muchos, cientos, tipos de té y llegan de todos los rincones del mundo. El clima ideal para su cultivo exige calor y humedad, por lo que Asia sigue dando el mejor. Se diferencian por su grado de fermentación y por la pureza de la mezcla.  A partir de ahí aromatizaciones y sabores para todos los gustos. Fortalece el corazón, reduce el nivel de colesterol, estimula las defensas, ayuda a combatir la fatiga y es un excelente antioxidante, mucho más que la mayoría de frutas y verduras. Para preparar una buena taza hace falta añadir la dosis justa, retirar el agua justo antes de que empiece a hervir y, lo más importante, disponer de una tetera. 


Bienvenidos así pues al mundo del té, un puente entre pasado y presente, desde los lugares más recónditos hasta el lugar y el momento en que nos encontramos. En Bitte nos gusta. ¡Descúbrelo y disfrútalo!


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