domingo, 31 de enero de 2016

Valencia y su Mercado Central





Predispuestos siempre a dejar cualquier cosa que estemos haciendo ante la invitación de una paella valenciana, metemos tres cosas en la maleta y ponemos rumbo a Valencia. ¡Ya la llenaremos con nuestra visita al Mercado Central! 




El edificio es la joya modernista de la ciudad. Se empezó a construir en 1914 y en 2004 se decidió reformarlo integralmente. Las obras todavía no han concluido. Es inmenso. Cientos de puestos distribuidos en dos zonas y una superficie total de algo más de 8.000 metros cuadrados.

Abunda la fruta y la verdura, que para algo la huerta es valenciana, y el pescado, pero también hay espacio para algunos de nuestros favoritos, como el queso. Imposible resistirse.



Si haciendo la compra llega la hora del aperitivo, el Mercado Central ofrece paradas como ésta, un paraíso para cualquier iniciado en la cerveza.¡Con la compra hecha, corremos a por esa paella!


Aquí podéis ver la típica paella valenciana: arroz, pollo, conejo, judías verdes y garrafón, ¡no hace falta nada más! Y es que no hay mejor sitio para disfrutar una paella que Valencia...



Y después de una deliciosa paella, disfrutamos de un agradable paseo por la ciudad, enamorándonos de sus rincones y lugares, como el barrio del Carmen o la conocida Ciudad de las Artes y las Ciencias.


O las históricas Torres de Serrano y de Quart, ideales para unas vistas panorámicas de la ciudad. 


Además Valencia, con su huerta y sus alrededores, son perfectos para hacer tus propias rutas en bici. 




















¡Así que no lo dudéis y aprovechad para una escapada de fin de semana!

viernes, 29 de enero de 2016

A Bitte le gusta el té


Lleva a sus espaldas 4.000 años de historia, que no es poco, y aún así puede hacer gala de seguir siendo una de las bebidas más amadas del planeta, uno de esos escasos elixires que, como el vino y el aceite, ha sido capaz de desarrollar una cultura propia. Tras él se esconde una historia fascinante. Alrededor de una taza de té se han urdido grandes aventuras, se han desatado y consumado pasiones extremas y se han ganado batallas que se creían perdidas.


El origen del té se sitúa en China y desde el principio, a la infusión realizada con las hojas de este arbusto perenne, se le han atribuido virtudes medicinales. A ellas tal vez, y sin haber sido demostradas científicamente, se deba el culto que se le rinde actualmente y que lo han convertido, tras el agua, en la bebida más consumida del planeta.


El té llegó a Europa en el siglo XVII por las rutas surcadas por grandes navegantes como Vasco de Gama. Aunque todo el continente se dejó encandilar por el brillo de la nueva bebida solo en Gran Bretaña el té consiguió el nivel de popularidad que tenía en Oriente. A España llegó en el siglo XIX a través del puerto de Cádiz cuando en Gran Bretaña y Francia practicar el té de media tarde era ya una moda refinada. Como para 'trendsetter' la reina Victoria Eugenia, la moda se impuso también aquí, en escenarios como el Palace y el Ritz, donde todavía hoy uno puede darse el lujo de tomar el té de las cinco servido en bandeja de plata. 



Hay muchos, cientos, tipos de té y llegan de todos los rincones del mundo. El clima ideal para su cultivo exige calor y humedad, por lo que Asia sigue dando el mejor. Se diferencian por su grado de fermentación y por la pureza de la mezcla.  A partir de ahí aromatizaciones y sabores para todos los gustos. Fortalece el corazón, reduce el nivel de colesterol, estimula las defensas, ayuda a combatir la fatiga y es un excelente antioxidante, mucho más que la mayoría de frutas y verduras. Para preparar una buena taza hace falta añadir la dosis justa, retirar el agua justo antes de que empiece a hervir y, lo más importante, disponer de una tetera. 


Bienvenidos así pues al mundo del té, un puente entre pasado y presente, desde los lugares más recónditos hasta el lugar y el momento en que nos encontramos. En Bitte nos gusta. ¡Descúbrelo y disfrútalo!


martes, 26 de enero de 2016

Los guisantes, les pois: oh là là!



Los nombres por los que se conocen ciertas variedades de frutas y hortalizas suenan por lo general bastante curiosos pero lo de los guisantes van definitivamente un paso más allá: teléfono, capuchino, lincoln, islam.... ¿A quién se les ocurriría y por qué tan excéntrica nomenclatura? 



El guisante es un cultivo de climas suaves y, por tanto, de otoño, invierno y primavera. Con la humedad ideal, la planta casi no necesita agua. Es un tubérculo de la familia de las leguminosas y, como tal, es bastante resistente. Toleran bien las bajas temperaturas; incluso soportan las heladas.



Del guisante se puede aprovechar tanto la vaina como el grano y se prestan a infinidad de texturas y platos: sopas, purés, ensaladas, estofados... Por su alto contenido en fibra, están especialmente indicados en la alimentación de deportistas. También son aconsejables para los diabéticos.


Al parecer, por unos restos fósiles encontrados del Neolítico, el primer lugar donde se cultivaron guisantes fue en India. Actualmente está en la base de la alimentación de todo el mundo. Francia y Reino Unido son en Europa dos grandes consumidores.


La perfección de la forma de la vaina y del grano determinarán la categoría del producto: I y II. Los del huerto Bitte, como podéis comprobar, son de primerísima. Nos gustan, nos divierten y nos acompañan en revueltos y otros platos. ¿Os apetece probarlos?

martes, 12 de enero de 2016

Zumos de invierno


Puede ser que asociemos la fruta con el buen tiempo y que pensemos en los árboles en flor como uno de los símbolos de la deseada primavera. Sin embargo, el invierno también tiene sus frutas y reparte vitamina C en cantidad, para que no caigamos enfermos. 



Naranja, limón, kiwi, manzana, pera y chirimoya son algunas de las frutas propias de los meses más fríos del año. Todas ellas contienen vitamina C en altas cantidades. El kiwi, la manzana y la pera aportan también fibra y la chirimoya hidratos de carbono en forma de glucosa y fructosa. En invierno, justo ahora, comienza la temporada alta de fresas, otro buen antioxidante. 



Al natural troceada, como condimento de ensaladas y otros platos, en mermelada y tartas y naturalmente en estado líquido: cogemos el exprimidor, le damos a la licuadora y disfrutamos el invierno a todo color. Que te da pereza hacértelo en casa, en Bitte te lo preparamos, y te ofrecemos además frutas traídas del otro lado del Atlántico. 

¡En invierno también bebemos zumos!