miércoles, 29 de marzo de 2017

Ibiza en primavera



Aunque las islas son para el verano, en Ibiza en primavera hay mucho para hacer. Disfrutar del sol templado en playas desiertas, desayunar en lugares mágicos en medio del campo como La Paloma, hacer excursiones y descubrir calas que son como piscinas, cenar junto al fuego en cualquier restaurante del norte, visitar Las Dalias los sábados, zambullirse en el bienestar de un spa con aroma a sabina, bailar los sábados en Pacha y un poco más adelante, extasiarse con el espectáculo de ver los almendros de Santa Inés en flor. 



El Parque Natural de Ses Salines es uno de los pulmones de Ibiza; el otro es la suave cadena montañosa Es Amunts. El parque alberga dos de nuestras playas favoritas: Salinas y Es Cavallet. Mirar de qué color es el agua en la segunda. ¡Y en primavera, limpia, limpísima, todavía es más azul!



Suaves arenales, calas recoletas, de piedra, color turquesa o verde esmeralda, acantilados salvajes, playas que son a su vez parques naturales, 50 porciones de Mediterráneo con nombre propio y otros tantos improvisados, 210 kilómetros de litoral, 2.948 horas de sol al año y el ánimo predispuesto para disfrutarlas libre de todo equipaje. Las playas de Ibiza son un regalo.






Cala Compte, espectacular,  está rodeada de islotes donde viven algunas de las especies autóctonas de las Islas Pitiusas. Cuando se pone el sol las aves despliegan sus alas.


Sa Caleta es otra de nuestras playas favoritas, entre otras razones porque tiene un restaurante con una sabina enorme donde se está de maravilla a la hora del aperitivo tras un refrescante baño; y porque el único restaurante que se encontrará, que toma el nombre de la playa, abre invariablemente 365 días al año. Su paella es famosa y los pescados a la plancha también.


Sa Caleta está divida en dos partes y una tercera donde embadurnarse en barro (por eso de que es bueno para la piel). Luego están las rocas donde, si se busca bien, también podrá tenderse la toalla. 



Terminamos nuestro recorrido por los playas de Ibiza para visitar en temporada baja, otoño y primavera, cala Bassa, de fina y blanca arena y un chiringuito, Cala Bassa Beach Club, donde se come muy, muy bien.




martes, 28 de marzo de 2017

El café es bueno


Sí, es totalmente falso que el café es malo para la salud. El café es tan bueno para el organismo como una copa -o dos- de vino al día. La cafeína activa la circulación, potencia la memoria y la resistencia física. Una taza antes de hacer deporte y el esfuerzo físico tendrá resultados dobles. Así que bebamos café, con moderación, en Bitte.


El arte del tueste es tan importante para obtener un buen café como la búsqueda del mejor grano y la mezcla final. Para obtener un producto de calidad es importante que el tueste se haga en pequeñas cantidades y con mucho amor.



Hay productos que, para ser disfrutados, han de ser de calidad, de otro modo no merecen la pena; el café está entre ellos. Por eso en Bitte nos hemos afanado por ofrecer un café de calidad, 100% ecológico y proponemos una mezcla natural compuesta por tres variedades: India (40 por ciento), Indonesia y Etiopía (ambas 30 por ciento). El resultado es un café de sabor intenso, cremoso, aromático y con cuerpo, perfecto para acompañar una tarta de chocolate o de queso y fresas. Excelente en formato expreso, ristretto, el tan español cortado y, naturalmente, café con leche. Joyas preciosas para 'coffee-adictos' y cafeteros gourmet.



viernes, 10 de marzo de 2017

Zurich: inspiradora y purificante



Como ya sabéis Bitte tiene alma suiza, mantenemos una relación especial con ella y nuestras escapadas a Zurich siempre resultan inspiradoras y purificantes. Pero ¿qué tiene de especial esta pequeña ciudad en el corazón de Europa?



Galardonada con el título a ciudad con la mejor calidad de vida en el mundo, Zürich, situada en la llanura central de Suiza y abrigada por los Alpes,  ofrece además una intensa vida cultural. Pasear por su compacto casco antiguo, repleto de históricas casas y pintorescos balcones donde lucen ondeantes y orgullosas las banderas, resulta de lo más pintoresco y agradable. 



Aparte del casco antiguo, son de obligada visita la iglesia de Grossmünster, del siglo XII, la Ópera de Zürich, la galería de arte Kunsthaus, una de las más famosas de la ciudad y el Museo Nacional Suizo. Para disfrutar de unas buenas vistas os podéis dirigir al monte Ütliberg, el punto más alto de la ciudad, desde donde también se divisa el lago Zürich, un lugar perfecto para pasar el día en contacto con la naturaleza. 




Una alternativa muy recomendable es zambullirse en el agua caliente de la infinity pool del Thermabald Spa y contemplar desde allí las vistas panorámicas de la ciudad.






Otro de los atractivos de la zona son sus fantásticos lagos, en especial el Zürichsee, alrededor del cual gira gran parte de la vida de los residentes en la ciudad, sobre todo con la llegada del buen tiempo. Desde baños en verano a picnics en primavera, siempre es recomendable pasear (a pie o en bici) alrededor de Zürichsee, o, si se dispone de más tiempo, explorar el resto de lagos cercanos.






Dada su situación geográfica, en Suiza conviven tres culturas culinarias distintas: la francesa, la alemana y la italiana.  Por ello no es de extrañar que siendo un país tan pequeño las costumbres se entremezclen entre sí y se acaben fusionando.





Lo mejor de su cocina son sin lugar a dudas sus excelentes productos frescos: la fruta, la carne, la leche, los quesos, el chocolate o los vinos.  Raclette, Fondue o Röschti son platos muy típicos y recomendables para disfrutar mientras se contemplan los  paisajes, lagos, ríos y montañas.  



*Escrito por David R